EL BÉISBOL INFANTIL - Escuela de Béisbol

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domingo, 27 de mayo de 2018

EL BÉISBOL INFANTIL


VER JUGAR BÉISBOL INFANTIL ES SER TESTIGO
 DE UNA DE LAS FORMAS MAS PURAS DEL DEPORTE


Los pequeños peloteros entran al campo de juego con una sonrisa en el rostro y desde afuera del terreno de juego, las porras de las madres y padres de familia desde las tribunas le ponen el aderezo extra a un espectáculo ya de por sí digno de ser observado.


Grandes jugadas defensivas, pitchers lanzando a todo lo que sus pequeños brazos les dan, batazos que emocionan a los espectadores y unas ganas tremendas de jugar el Rey de los Deportes, acompañan cada choque de pelota.

El juego comienza con el "credo" de las Ligas Pequeñas, recitado por los peloteros de ambos equipos y que los papás escuchan de pie: 

"Creo en Dios, amo mi patria, respetaré sus leyes, jugaré limpio, me esforzaré por ganar, pero gane o pierda, siempre haré lo mejor que pueda".

Dice este enunciado que resume en su totalidad la filosofía del béisbol infantil y su finalidad de formar ciudadanos de bien.

"Play ball", canta el Umpire, a quien los papás poco o nada pueden reclamar, para inculcar en sus hijos el respeto a las leyes y autoridades.

Los niños aquí no pasan bullying, no son "el gordito", "el cuatro ojos", "el tonto", aquí todos son peloteros que respetan el juego y a sus compañeros, coaches, umpire y rivales.

Empiezan a anotar carreras, y el otro equipo comienza a caer en desesperación, pero su coach les da otra lección de vida a modo de deporte: "no se rindan", los arenga a pelear hasta el último out. 

En un momento el pitcher golpea al bateador, y cuando llega a primera base, el lanzador se acerca a pedirle disculpas, finalmente es un juego, y se debe aprender desde pequeño a comportarse como caballero. 

El Pitcher lanza y el bateador conecta un gran, bataso pero el jardinero central la atrapa de una manera espectacular como en Las Mayores, provocando emoción y aplausos en la tribuna y un fuerte aplauso de su coach.

Bataso en rola que se escapa hasta el jardín izquierdo, el corredor con una barrida de pecho llega a embasarse en segunda.

En fin, el pitcher lanzó un juegazo y corre a los brazos de su papá para recibir la felicitación.

Los ganadores lanzan una porra al otro equipo, y ellos les regresan la cortesía, los papás se sulfuraron por momentos, pero con tal muestra de deportivismo, es más fácil digerir la derrota, finalmente en el deporte se gana y se pierde, saben que ya les tocará su turno. 

Es el béisbol infantil, donde el deporte se juega en serio, pero la sonrisa nace, sea cual sea el marcador.

Este es el Béisbol Infantil, donde todos son amigos, algunos del barrio, otros de la cancha pero todos amigos de verdad.

Y como empece, termino: "Ver jugar béisbol infantil es ser testigo de una de las formas más puras del deporte".